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El Médico y Cirujano que laboraba en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), Alex Carranza quien falleció lamentablemente en la Tragedia del Volcán Acatenango, ha dejado un legado imborrable para sus amigos y personas que lo conocían y laboraban con el así como médicos de dicha institución.
Hoy el Médico y Cirujano Alex Carranza ya descansa en los brazos de nuestro señor Jesucristo, pero no sin antes dejar su última acción buena de ayudar al prójimo cuando se pudiera.
Esto lo ha dado a conocer el neurólogo pediatra Carlos Orellana Ayala quien ha colocado en su muro de Facebook una nota muy triste pero a la vez que llena de alegría a muchas personas de saber que el Medico Alex Carranza dejo este mundo haciendo lo que mas le gustaba, Subir Volcanes y Ser Medico Profesional.
Esta es la nota que publico el neurólogo pediatra Carlos Orellana Ayala:
«TODO EL MUNDO TIENE QUE SABER: AXEL CARRANZA ES UN HÉROE.»
Poco a poco se han conocido las historias de la tragedia del Acatenango. Y resultan muy dolorosas. La muerte de Axel es una de esas tristes historias del fin de semana, pero una gran lección a la vez.
Axel era Médico Traumatólogo y Ortopedista, especialista en Cirugía de Mano. Persona noble y muy apreciada por su familia, compañeros de estudio y trabajo.
Atleta, con experiencia en alta montaña. Subió con equipo apropiado. Pero murió en las alturas de ese volcán.
¿Qué pasó?
Axel Carranza no abandonó su último puesto de trabajo.
Llevó al extremo su condición de médico y entregó su vida tratando de salvar la vida de sus últimos pacientes.
Cuando todos bajaban porque el clima no era favorable para permanecer en la cumbre, él se quedó en el lugar atendiendo, en fiel y heróico cumplimiento de su juramento, a todas las personas que habían quedado en el lugar y que requerían su asistencia profesional.
Su última sala de urgencias fue aquella cumbre a casi cuatro mil metros de altura, con temperaturas de varios grados bajo cero, alta humedad y vientos de muchos kilómetros por hora.
Permaneció en el puesto de trabajo, facilitó su ubicación esperando la llegada de los equipos de rescate mientras asistía a sus desfallecidos pacientes. Y les sirvió hasta que ya no pudo más. La vida se le acabó, probablemente sonriendo.
Contaré su ejemplo de generación en generación, a todos los que pueda hacerlo porque este modelo de personas no se repiten con tanta frecuencia. Son héroes que retan, que nos hacen cuestionar, que nos muestran un camino.
Anoche me preguntaba: ¿qué habría hecho yo en la misma situación? Desearía mucho estar a la altura, integridad y valentía de Axel.
Descansa en la Casa del Padre, contemplando todas las alturas y cuidando las manos de todos los habitantes del cielo.
