La corrupción es un fenómeno complejo y generalizado y la lucha contra la corrupción es un asunto de todos, es por ello que se requiere de estrategias e iniciativas multidisciplinarias y multisectoriales integrales, señala un comunicado conjunto del PNUD, la CICIG y la UNODC.

En el contexto del Día Internacional contra la Corrupción, este 9 de diciembre, las entidades de naciones unidas señalan que la corrupción contribuye a la inestabilidad, la pobreza y es un factor determinante de los países hacia el debilitamiento del Estado.
En su mensaje mundial, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki moon expresa que “La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es el nuevo manifiesto que nos inspira para transformar nuestro mundo y construir un futuro mejor para todos; sin embargo, en el camino crucial que conduce a su implementación se interpone una amplia barrera a nuestro avance: la corrupción”.
Las organizaciones de naciones unidas destacan que es un hecho que ningún país está a salvo de la corrupción, y que todos los países tienen la responsabilidad de ponerle fin; la corrupción es el mayor obstáculo al desarrollo económico y social en todo el mundo, indican.
Cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban 2,6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5 por ciento del producto interno bruto mundial; según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se calcula que en los países en desarrollo se pierde una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo.
La corrupción afecta e impacta a las personas, las comunidades y las naciones; debilita la educación y la salud, socava los procesos electorales y refuerza las injusticias al viciar los sistemas de justicia penal y el estado de derecho; desvía recursos nacionales y extranjeros, con lo que da al traste con el desarrollo económico y social y acentúa la pobreza.
La corrupción perjudica a toda la población, pero los pobres y los vulnerables son quienes más sufren sus consecuencias, traducidas en menos prosperidad, menos respeto por los derechos, menos prestación de servicios y menos empleo, indica el comunicado.
El tema de este año es “La corrupción: un impedimento para los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. El Objetivo 16 insta a reducir considerablemente la corrupción y el soborno y a crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas. La Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, apoyándose en su mecanismo de revisión por pares, está impulsando la honradez, la transparencia y la rendición de cuentas en la gobernanza, pero hay que hacer mucho más.
Via: Cerigua