A los periodistas y comunicadores sociales nos corresponde defender con decisión el ejercicio del derecho humano que constituye nuestro oficio: la Libertad de expresión, destacó Ileana Alamilla, al referirse a la reciente creación de la denominada “Fundación contra el Terrorismo Mediático”.
Alamilla puntualizó que este derecho está consagrado en la Constitución Política de la República, en otras leyes ordinarias y constitucionales, y en instrumentos internacionales suscritos y ratificados por el Estado; por eso, las actividades que eventualmente pueda realizar la mencionada Fundación no podrán conculcar en lo más mínimo la libertad de expresión y su corolario, la libertad de prensa, anotó.
La periodista recordó, en su columna publicada este día en Prensa Libre, que mediante un acuerdo del Ministerio de Gobernación se reconocer la personalidad jurídica de la Fundación contra el Terrorismo Mediático, surgimiento que ha causado revuelo porque muchos la consideran un serio peligro para la libertad de prensa.
Entidades internacionales, como la Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA, la Red IFEX, Reporteros sin Fronteras y el Comité de Protección a Periodistas de Nueva York, han sido alertado al respecto; en el país, diversas personalidades se han manifestado sobre el tema, así como instancias defensoras del derecho a la libertad de expresión del pensamiento y de prensa, como el Observatorio de los Periodistas de CERIGUA.
A decir de la columnista, esta noticia surge en medio de una coyuntura donde las agresiones contra los periodistas han estado a la orden del día, al extremo de haber sido asesinados tres periodistas en el ejercicio de su función informativa; estas acciones criminales han provocado una generalizada condena y algunas movilizaciones importantes, con lo cual se crean condiciones de potencial conflictividad social, ante la incapacidad del Estado de garantizar la vida de los ciudadanos y ciudadanas.
No podemos ser ingenuos, el aparecimiento de la Fundación contra el Terrorismo Mediático podría crear condiciones negativas para el ejercicio periodístico; por eso debemos salir al paso, advirtiendo y enfrentando cualquier intención de coartarnos o inhibirnos, subrayó Alamilla.
Sin embargo, la periodista enfatizó que no hay derechos absolutos y que la ética debe ser la guía para no abusar de la libertad de expresión y de prensa; en la medida en que los periodistas irrespetemos los límites que la misma nos plantea, estaremos traicionando nuestra función social y abonando las intenciones de quienes quieren censurarnos, concluyó.
Via: CERIGUA