El Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, debe entender que no basta con orar, gritar y llorar, menos con dormirse por agotamiento; debe entender la necesidad de superar su precariedad monotemática y decidirse a liderar la construcción de un proyecto político con integralidad, señaló Ileana Alamilla en su columna de opinión titulada “Liderazgo monotemático”.
Ileana Alamilla argumentó sus puntos de vista, al señalar que la política se basa fundamentalmente en percepciones, las cuales son construidas, principalmente, de manera mediática; y hay momentos en los que la población desbordada puede crear las condiciones para que, junto a otros factores internos y externos, se produzcan cambios importantes.
Esto fue lo que pasó en 2015, con resultados que todos conocemos, algunos positivos y otros no, como el empoderamiento ciudadano, o la idea que se tiene, son muy buenos, ya que fortalece la democracia en su dimensión participativa; sin embargo, en su criterio esta crisis política produjo un resultado monotemático: ubicar la corrupción como la catalizadora de todas las inconformidades sociales.
En criterio de la columnista, el resultado de la crisis de 2015 tiene nombre propio, se llama Jimmy Morales, con un liderazgo que se agota en el tosco slogan de “ni corrupto, ni ladrón”.
Surge por espontaneidad, sin ser consecuencia de una estrategia articulada y consciente; de allí su frescura y legitimidad, que se concretó en más de dos millones de votos recibidos; fue funcional a los intereses externos que propugnaban por un saneamiento del Estado que lo hiciera internacionalmente confiable para sus vecinos, principalmente el poderoso del norte.
Pero el talón de Aquiles de esta crisis y su respectiva superación es su contenido monotemático: combatir al diablo de la corrupción estatal. Este resplandor infernal encandila de tal manera las conciencias que no se ve más allá de esa luminosidad, indica Alamilla.
Para la periodista, esta debilidad vulnera la necesaria estabilidad política que el país requiere y hace precario el liderazgo del Jimmy Morales, ya que no habiendo más contenido que la satisfacción de la promesa profética de la gestión honrada, cualquier desliz en esta materia desmorona al líder, ya que no existe proyecto más allá de esta quimera de supuesta honestidad.
Por eso, hay muchas noticias en las páginas de los periódicos, en las imágenes de la televisión y en los reportes de las radios que no impactan, ante la “indignación ciudadana” por el posible comprometimiento de familiares del Presidente en actos corrupción.
Pero cuando el pensamiento político y la acción social es monotemática y los liderazgos son de igual calado, ese es el resultado.
Via: Cerigua