El Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, ha copado todos los titulares en los últimos días, con su último escándalo de corrupción: el “Bono Militar”, una cantidad de 50 mil quetzales (unos 6,945 USD) que recibía del ejército cada mes, a pesar de ser uno de los presidentes mejor pagados de América Latina (19,300 USD) en uno de los países más pobres de la región, señala un artículo publicado por ALAINET.
Si bien el mandatario devolvió 450 mil quetzales, correspondientes a los nueve meses que recibió el correspondiente “bono de riesgo”, del ejército, la situación política negativa en su contra se mantiene, al ser señalado de corrupción.
De acuerdo con la información, Guatemala es calificada por el Banco Mundial como la economía más grande de Centroamérica; desde la firma de os Acuerdos de Paz, en 1996, que dio por acabado el conflicto armado interno que duró 36 años, el país ha logrado significativas tasas de crecimiento económico que hoy le hacen acreedora de esa posición.
Guatemala es uno de los tres países que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica, un infierno del que al menos unos 40 mil guatemaltecos buscan huir cada año para intentar sobrevivir a la espiral de violencia y pobreza que azota a su país.
Esta situación ha convertido al envío de remesas, consideradas estas como contribuciones financieras de los migrantes para sus familiares radicados en su país de origen, en el sostén de la economía de Guatemala.
El mapa de pobreza en Guatemala, elaborado por el Banco Mundial y el Instituto Nacional de Estadística, señala que entre 2000 y 2015 este indicador aumentó en 2.9 por ciento, hasta alcanzar el 59.3 por ciento que registra a la fecha.
El flagelo afecta de forma extrema a la población indígena y a los municipios rurales del país, en especial a Alta Verapaz y Sololá que son los departamentos con más pobreza, por encima del 80 por ciento, seguidos de Totonicapán, con el 77.5 por ciento; también en estas regiones, aunque no exclusivamente, la desnutrición infantil es de las más graves en todo el continente.
El artículo concluye que Jimmy Morales, líder del derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN Nación), lejos de ser la renovación política para el país, representa el mismo sistema de poder elitista a favor de pocos y en desmedro de muchos.
Señala además que la macroeconomía debe estar al servicio de un modelo de desarrollo sostenible e inclusivo; más allá de las tasas positivas de crecimiento económico, siempre son necesarias políticas públicas complementarias.
Finalmente, destaca que Guatemala debe definir el camino de reformas y transformaciones políticas necesarias para promover una democracia plena y participativa junto a un modelo de desarrollo inclusivo, justo y equitativo.
Vía: Cerigua