A menos de un año de haber asumido el mando en Guatemala, el futuro político del presidente Jimmy Morales parece cada vez más incierto, luego de nuevas acusaciones de corrupción contra familiares suyos y de su vicepresidente, señala un artículo publicado en la página de la Deutsche Welle (DW).
A decir de Helen Mack, defensora de los derechos humanos “tenemos un vacío de poder, porque han perdido total credibilidad tanto el presidente como su vicepresidente”; la percepción es que ambos van a caer tarde o temprano, anotó.
Los primeros meses del gobierno no han sido exactamente una historia de éxito; la política ha sido muy errática; una de sus ministras duró sólo pocos días en su cargo, debido a conflictos de interés; además, la bancada de su partido, Frente de Convergencia Nacional (FCN Nación), creció de forma sorprendente, tras aceptar diputados de otras bancadas.
Con las nuevas acusaciones de corrupción, parece que la paciencia de los guatemaltecos ha llegado a su fin; “Ya no estamos dispuestos a seguir aguantando más actos de corrupción, porque hemos visto que nos está afectando en todo”, dice Helen Mack.
En el caso de Jimmy Morales, su hijo y su hermano, este último, uno de los asesores principales del presidente, están siendo investigados por supuesto fraude al Estado en 2013; en cuanto al vicepresidente, Jafeth Cabrera, se investiga a su hijo por supuestamente haberle pedido un alto monto de dinero a un narcotraficante, posiblemente para financiar la campaña electoral.
A esto se suma la sospecha de corrupción por la vivienda que habita Jafeth Cabrera y que alquila por un valor mucho menor al precio del mercado, según investigaciones de medios guatemaltecos; “qué acuerdos tiene con el dueño de esta casa no lo sabemos, porque no vas a alquilar una casa por debajo del precio del mercado si no estás esperando recibir algo a cambio”, critica el sociólogo y periodista Gustavo Berganza.
Con este caso, se repite la historia de hace un año; tras haber ganado la presidencia con el lema “ni corrupto ni ladrón”, Jimmy Morales y su familia vivieron durante unos tres meses en un lujoso hotel en la Ciudad de Guatemala, invitados por el dueño.
“Jimmy Morales no es una persona que está acostumbrada a esta clase de presiones”, opina Helen Mack; “si su hijo y su hermano se van a la cárcel, todo el mundo apuesta a que va a renunciar, porque creo que ahí hay una cuestión de culpa por la que no aguanta esta presión”.
A poco más de un año de la “primavera guatemalteca” que llevó a la renuncia del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, que están siendo procesados por actos de corrupción, el país ha cambiado mucho.
El Ministerio Público, junto con la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), siguen con su lucha contra la corrupción, y bajo la presión de la sociedad civil sí se han dado algunos cambios en el sistema electoral y de los partidos políticos; al mismo tiempo, muchos viejos mecanismos políticos siguen intactos.
Via: Cerigua
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